Silvia Arderius volvió a jugar al balonmano más de 500 días después. Un día inolvidable para la central madrileña el 25 de octubre de 2025, en el que estuvo de nuevo en la pista. Lo hizo ya como madre, con Sofía en la grada. Una historia de superación personal que la propia protagonista detalla a los medios del club en una entrevista. «Fue un momento muy emocionante cuando salté al campo, en ese momento sólo se me saltaban las lágrimas. No podía pensar en nada más. Sólo pensaba en ‘no te pongas a llorar que estás en el partido’», se sinceraba.
«Sobre todo, en la gente que ha estado todo este tiempo apoyándome, que ha sido mucha», hacía referencia Magic sobre de quién se había acordado: «Hemos tenido mucha suerte y gracias a toda esa gente también puedo seguir jugando. Me he acordado de eso, de lo demás no soy del todo consciente de estar metida en la rutina del equipo. Por un lado ha sido super extraño, me sentía super fuera de lugar; por el otro es como si nada hubiera cambiado. Es lo que llevo haciendo toda mi vida. Es una cierta normalidad, seguramente es la parte de mi vida donde más normal me siento. Es esa mezcla de sensaciones».
La afición le brindó una gran ovación en la presentación y luego coreó su nombre cuando saltó a la pista en la primera parte. «Es un poco un mix de emociones, como llevan siendo para mí estos meses en general. Fue muy ilusionante el vivir una experiencia nueva en Carranque con el pabellón volcado como estaba. Al principio me sentía un poco extraña, hacía muchísimo que no estaba con el equipo en un partido. Hasta ha cambiado el calentamiento. Estaba un poco perdida, pero supongo que eso es coger sensaciones, ritmo de competición en todos los aspectos. Estoy muy feliz, me lo había imaginado muchas veces y fue mucho más emocionante de lo que había esperado incluso. Contenta de haber pasado ese momento y centrarme en volver poco a poco a la normalidad», explicaba la primera línea.
Meses de dudas que se despejaron el pasado sábado sobre las tablas del Pérez Canca. «Estos meses han sido complicados, incluso en algún momento he tenido dudas de si iba a poder volver. No por el hecho físico, que me encuentro bastante bien, sino por compaginar la maternidad con los entrenamientos y los partidos. Es complicado, evidentemente. Muchas veces nos han entrado dudas de si iba a ser posible volver a hacer ambas cosas. Es un poco triunfo personal, más allá del resultado del partido que fue un final agridulce. Lo encuentro como una victoria personal muy grande», reconocía la que fuera internacional española.
A sus 34 años, la central admitía que su vida ha dado un vuelvo. «Compañeras que han sido madres me habían avisado que era muy bonito, que cuando acaban los partidos ahora mismo las sensaciones van a ser muy diferentes. Dentro de lo que cabe pasa a un segundo plano el partido en cuanto acaba porque tienes a tu peque esperándote. Tenían razón, fue un poco la sensación. Acabamos el partido todas tristes y enfadadas por el resultado y cómo se dio el final, pero cuando te giras y ves a tu peque y la coges en brazos es una sensación muy bonita. Es con algo que había soñado toda mi vida y ha sido maravilloso poder cumplirlo», contaba.
Es momento de mirar hacia atrás y recordar todos los momentos vividos desde que supo que estaba embarazada. «Es difícil quedarse con un sólo momento. El otro día el momento de entrar a pista fue precioso con la gente apoyándome. El primer día que vine a entrenar con mis compañeras fue muy bonito cómo me recibieron todas. El día que conocieron las chicas a Sofía, el día que le vimos la carita… Han sido tantos momentos especiales en este tiempo que es difícil quedarse con uno. Estamos viviendo una experiencia muy nueva, prácticamente todos los días la peque hace algo diferente que es algo nuevo y muy especial, entonces en ese sentido está siendo muy emocionante todo», terminaba una emocionada Silvia Arderius.
