El Málaga Club de Fútbol atraviesa un momento complicado en LaLiga Hypermotion tras cuatro derrotas consecutivas y con un punto sumado de los últimos quince posibles. De la euforia de aquel instante en el Estadio La Rosaleda cuando el marcador reflejaba un 2-0 ante el Granada CF con dos tantos de Chupe hemos pasado a la preocupación, del liderato a puestos de descenso, demasiado castigo para el Málaga y su afición. Tras aquel 2-2 final ante el conjunto granadinista, el Málaga cayó en El Alcoraz ante la SD Huesca (1-0), perdió en casa ante el Cádiz CF (0-1), no pudo puntuar en El Plantío ante el Burgos CF (2-1) y salió goleado de El Sardinero (3-0). De estas cuatro derrotas se pudo sacar más de un empate, sobre todo, ante el Cádiz en La Rosaleda y en tierras burgalesas. La efectividad de cara a puerta ha sido la gran mácula del equipo en estos cuatro compromisos, con un solo gol logrado en Burgos por Dani Lorenzo. El equipo generó ocasiones, pero el balance es demasiado pobre como para sumar puntos. A eso tenemos que unir los errores y despistes defensivos que penalizan y te impiden ganar.
La plaga de bajas, los contratiempos y las ausencias han mermado a una plantilla que dejaba muy buenas sensaciones en pretemporada con aquel extraordinario encuentro ante el Real Betis en el Trofeo Costa del Sol. Nadie esperaba que los malaguistas encadenaran una lesión tras otra en cada jornada y mucho menos con la gravedad que han llegado. No son excusas ni justificaciones, son hechos, es la realidad de la entidad de Martiricos. Pero el fútbol se rige por los resultados y los datos no perdonan, urge una reacción antes de que sea demasiado tarde, es necesario revertir la mala dinámica de resultados y abandonar la zona roja cuanto antes.
Como siempre, el primero en el foco es el entrenador cuando los resultados no acompañan, y en Málaga no iba a ser distinto. Sergio Pellicer nota la presión, la brisa del huracán que decía la semana anterior el técnico de Nules, preocupado de solventar la situación, proteger a sus jugadores y volver a la senda del triunfo. No lo tiene fácil, pues las bajas han hecho mella, tal vez demasiado, y han llevado a encadenar resultados muy negativos, a veces por pequeños detalles, a veces por errores individuales y a veces por la mala fortuna. Las cuatro derrotas son una losa importante para el técnico malaguista, que tras aquellas palabras de propuesta de juego alegre, ofensivo y aspirando a algo más que la permanencia se ha visto esclavo de sus manifestaciones. El Málaga hizo el intento, con presión alta, creando ocasiones y dando la impresión de un juego más alegre, más vertical. Pero, por desgracia, eso se diluyó rápidamente, en gran medida por culpa de la plaga de bajas, a cualquier buen equipo le quitas a ocho de sus jugadores y se resiente. No hay duda.
Llegados a este punto, en el que la plantilla pide unión y confianza en que van a sacar adelante la situación, no queda otra que creer en las posibilidades de este Málaga y esperar que cuando vaya recuperando efectivos vuelva a poder competir mostrando su verdadero potencial. Para colmo de males, llega a La Rosaleda el líder, el Deportivo de la Coruña de Antonio Hidalgo, invicto y con su estrella Yeremay como aval. Con 16 puntos, el doble que los malaguistas, llegarán los gallegos a la capital de la Costa del Sol, con 17 goles a favor y 6 en contra. El Málaga necesita hacer un gran partido, dar su mejor versión y anular las virtudes del conjunto gallego para tener opciones de victoria. Aunque las apuestas no van a favor de los malaguistas, La Rosaleda tiene su peso y necesita más que nunca vivir una gran noche para volver a la senda del triunfo y encontrar la calma, al menos hasta el próximo compromiso. Aunque otros clubes han apostado por el cambio de entrenador, casos de CD Castellón, Cultural y Deportiva Leonesa, y Sporting de Gijón, no parece que en la entidad de Martiricos estén pensando en estos momentos en sustituir al entrenador malaguista, que cumple contrato el 30 de junio de 2026 al igual que el director deportivo Loren Juarros. El encuentro del domingo (21:00 horas) ante el Deportivo de La Coruña puede suponer un punto de inflexión importante en esta temporada. En caso de victoria, el Málaga rompería la mala dinámica de resultados y sería un importante balón de oxígeno para los próximos compromisos, mientras que en caso de derrota la figura del técnico Sergio Pellicer quedaría demasiado señalada. Un empate sería insuficiente para apagar las alarmas, aunque daría esperanzas de recuperación en caso de lograr el triunfo en Butarque ante el CD Leganés.
