El Málaga Club de Fútbol pagó ante el Cádiz CF las múltiples bajas acumuladas y una estéril primera parte en la que apenas compareció el conjunto blanquiazul. En la búsqueda de una fórmula efectiva para mitigar las virtudes del conjunto gaditano, Sergio Pellicer puso en marcha su plan revolucionando de nuevo el once inicial, obligado por las bajas, pero cambiando además el esquema y colocando a jugadores fuera de su posición habitual. No funcionó el laboratorio del técnico de Nules. Le tocó el turno a Einar Galilea como compañero de Montero, Darko Brasanac junto a Juanpe, y Adrián Niño volcado en la banda izquierda, con Chupete en la punta de lanza.
El equipo malaguista gozó de la primera ocasión en una asistencia de Larrubia que recibe Dani Lorenzo y envía por encima del larguero el marbellí. La réplica la puso el cuadro de Garitano con una vaselina de García Pascual que ejecutó demasiado alta. Fue el primer aviso de los amarillos antes de lograr el 0-1 en un balón que pierde Javi Montero. El fuerte chut de García Pascual es repelido por Alfonso Herrero, con Sergio Ortuño muy atento aprovechando el rechace para enviar el esférico al fondo de las mallas en el minuto 18. Quedaba mucho tiempo por delante para la reacción, pero el Málaga estuvo desconectado entre líneas. Tan solo Larrubia desbordaba una y otra vez sin encontrar compañero de misión, mientras Chupete se perdía en su lucha con los centrales. Para colmo de males, Adrián Niño, con problemas en el tobillo durante la semana, tuvo que dejar su puesto a Lobete tras recaer. Lo intentó el Málaga, pero sin ritmo ni control en el centro del campo.
En el descanso entraron Dani Sánchez y Carlos Dotor dándole aire al conjunto blanquiazul. Cambió la dinámica, con un Málaga más decidido y más certero en los pases, llegando a las inmediaciones del área cadista. Lobete cayó dentro del área al intentar armar el disparo, pareció penalti, pero ni el colegiado ni el VAR lo apreciaron así. Se vaciaron Larrubia por la derecha y Lobete por la izquierda, con Dani Lorenzo intentando hacer daño por el centro. El equipo de Pellicer puso cerco al área gaditana, apretó y se encontró con un frontón amarillo. Como última baza entró Eneko Jauregi, la tuvo el vasco dentro del área pequeña, pero no acertó a conectar bien con la pelota y se evaporó el empate. El Málaga terminó pagando el lastre de las bajas y una primera mitad demasiado gris en la que no funcionó absolutamente nada. La reacción en la segunda mitad no fue suficiente para puntuar, aunque mereció algo más el equipo blanquiazul.
